10 abr 2009

Arquetipo

Un Relato...
Desde pequeña aprendí a no temerle a nada ni a nadie, tan sólo escuchaba la brisa que en mi rosaba. Pero, hace unos días anhelaba con muchas ansias una sonrisa sincera, una persona que no tuviera prejuicios ni razones para odiar a los demás, ese día tan deseado nunca llegó, incluso hasta ahora lo sigo soñando, pero sólo es eso, un sueño. No sé si todo esto que a continuación narraré sea una realidad o simplemente un sueño, como todas las veces que lo viví o lo imagine. Llegó el día que alguien me encontró, en una completa oscuridad que en el camino me atrapaba. Esa carismática persona tendió su mano, con mucha generosidad me ayudó a reponerme en la tristeza que en mi existía. Pasó el tiempo y me di cuenta que en verdad hay personas muy buenas quienes sólo desean el bien común. Creyendo que todos en el mundo estaban llenos de maldad, y sin pensarlo yo ya me había convertido en uno de ellos. En mi ser sólo existía la palabra “maldad”, así es, mi corazón se había vuelto totalmente negro, negro como el fondo de un agujero. De pronto me di cuenta que todo lo vivido fue un sueño, es decir, que sólo lo imagine y mi mente pensaba en una esperanza, en un futuro. Lo malo que todo esto sucedía cuando yo quedaba profundamente dormida sobre un pedazo de cartón y abrigada con unos papeles reciclados en medio de un puente sin fin. Por eso, amaba recostarme sobre lo poco que poseía y trataba de nunca despertar, pensando que algún día todo se vuelva una linda realidad, claro que esto no me llevaría a nada. Al abrir mis ojos, veía oscuridad, injusticia, desastres por todos lados, gente que no tenía rumbo en su vida, quizás una vida tan similar como la mía. Tan sola me sentía que en algún momento creí que no valía y haría un gran bien a la humanidad si yo, dejara de existir... Me pregunté, ¿ellos qué iban a perder?, sólo era una muchacha, una chica como cualquier otra, sin nada especial. Reaccioné a pocos segundos de realizar la fatal decisión y me dije, yo valgo mucho y me sobrepondré a cada dificultad que se me presente. Pero, por un momento llegué a creer que la felicidad no existe, que únicamente era para las personas de grandes aposentos, con numerosas familias y amigos, pero sobre todo personas quienes poseían mucho dinero. Ahora se, que todo esto forma parte de la vida, porque con dichos factores nunca podre comprar la felicidad ni nada semejante, se que también nunca vendrá a mi por el simple hecho de no creer en mí misma ni en las personas que me rodean, hasta ahora trato y de vivir un realidad de sueños, pero no logro realizarlos. Me falta empeño y dedicación para lograr todo esto, necesito a alguien que me pueda ayudar, pero, sobre todo a mi misma para impulsarme.